Seguro que más de una vez has escuchado cosas como: “Que diseño tan mal estructurado. Tiene poco aire en la derecha y está cargado en la parte izquierda” o “Esa fotografía de la puesta de sol está muy bien pensada, pero… ¿has probado a dejar algo más de aire arriba para que no pese tanto?”.

Si no lo has escuchado seguramente tras leer estas lineas te estarás preguntando que es eso del aire. Pues bien ese “aire” no es mas que una consecuencia del la aplicación de la famosa ley de la proporción áurea a los contenidos gráficos y audiovisuales.

Ahora estarás diciendo pero si la proporción áurea la estudié en matemáticas. Eso es exacto, aunque mediante un calculo de lineas se integra a las composiciones que nos llegan en formas de fotografía, diseños y videos, entrenando nuestro ojo de forma subconsciente. Por eso cuando una composición no respeta en alguna manera esta ley identificamos algo que nos parece raro sin conseguir ver exactamente lo que es.

Esto se debe a la ley de la proporción áurea, o también conocida como “la ley de los muchos nombres”. Puede que ahora se conozca como proporción áurea, pero estoy segura de que también habrás escuchado conceptos como “proporción divina”, “número de oro”, “media dorada” o “sección áurea”. Todas ellas desde la antigua Grecia, pasando por el renacimiento italiano hasta llegar a la actualidad, se refieren a lo mismo. De este principio se dice que “la recta ha sido cortada en extrema y media razón, cuando la recta entera es al segmento mayor como el segmento mayor es al menor” y será un principio que determina lo que resaltaremos en los encuadres.

Representación de la proporción áurea en un rectángulo
La ley de la proporción áurea o también conocida como “la ley de los muchos nombres”.

Los encuadres de las cámaras actuales se rigen por el rectángulo áureo. Este se calcula de la siguiente manera:

  • Dibujamos un cuadrado, al que le marcamos el punto medio de uno de sus lados.
  • Lo unimos con uno de los vértices del lado opuesto.
  • Con un compás llevamos esa distancia sobre el lado inicial.
  • Obtenemos el lado mayor del rectángulo.

¿De dónde viene todo este lío? De la preocupación por la belleza y lo estético. Simplemente de eso, sumado a la incógnita de la mejor manera de dividir un todo en dos partes iguales y no simétricas.

Hay gran cantidad de ejemplos que siguen esta pauta. Uno de los más conocidos, es producto de Leonardo Da Vinci en el tratado Da divina proportione, pero no solo está ahi, sino que otras edificaciones arquitectónicas al renacimiento siguen este principio como son las pirámides de Egipto o el Partenón.

Como en el día a día no podemos  calcular donde estaría esta ley en la composición, se dividió el rectángulo en tercios verticales y horizontales separando el encuadre en 9 partes iguales. Esta división se conoce como la “regla de los tres tercios”.

Hombre de Vitrubio, Leonardo DaVinci
¿Reconoces esta imagen? si, es el conocido hombre de Vitrubio

Con esta regla dividiremos la escena en tres partes iguales de manera horizontal o vertical en la que se cruzaran las lineas entre si. De estos cruces surgirán los “puntos de interés” en el interior de los tercios, dando un arreglo asimétrico de la imagen con un polo de máximo interés visual. Esto se conseguirá acercando la imagen a esos puntos de interés consiguiendo una mayor presencia y fuerza en la composición visual.

Imagen proporción áurea en Hannover
Resultado de la proporción áurea en los encuadres, en este caso en una foto tomada en Aegidientor Platz, Hannover.

Es posible y hasta recomendable, cuando se pueda hacer, cumplir las tres leyes de La Regla de Oro en una misma fotografía, pues estas no solo son perfectamente compatibles entre sí, sino también complementarias.